Historia viva de la Nacional-V
Estas son las cosas que trae el progreso, una importante red de autopistas y autovias, indiscutiblemente más seguras, que han recortado el tiempo de nuestros desplazamientos, repleta de comodisimas áreas de servicio, pero que por otra parte se han llevado todo el encanto de aquellos largos y entrañables viajes que como mínimo necesitaban un par de paradas en alguna maravillosa venta, mesón, churrería de pueblo o bar de carretera en la que reponer fuerzas. Muchos de ellos han desaparecido a la par que los vehículos dejaban de pasar por sus pueblos y ciudades, pero algunos sobreviven gracias sobre todo a mantener su encanto, su calidad, y a continuar en lugares todavía estratégicos. Y ese es el reto, conseguir una oferta suficientemente atractiva como para que un conductor le merezca la pena salirse unos minutos de la autopista para disfrutar de un buen menú, aunque algunos frikis como el que suscribe se salen hasta sesenta.