Restaurante Palacio de Carvajal-Giron (Plasencia)

Un nuevo referente en Extremadura

En esta ocasión Ramon Caso y su nuevo restaurante van a ser los protagonistas de este post, sin por supuesto quitar méritos al maravilloso Palacio del siglo XVI recién rehabilitado que lo alberga, pero a diferencia de lo que ocurría en el Convento, casualmente del mismo grupo Huerta Honda (no piensen que tengo acciones del mismo ni nada parecido), aquí pienso que va a ser su nombre y su cocina la principal atracción del complejo, y una de la razones para acudir a disfrutar de él y de esta Plasencia que con esta última incorporación da un paso de gigante en su oferta hotelera y gastronómica.

Ramon Caso cumplirá en 2012 tan solo cuarenta años, y su historia no es la típica del cocinero que lleva toda su vida entre fogones. Empezó entre panes y pasteles, que no es poco, y es que hasta los 25 años su única relación con el mundo de la cocina fue un obrador de su barrio cacereño donde jugueteaba desde pequeño y en el que acabó trabajando. Pero será a partir de entonces cuando aparece el nombre que cambiara la dirección de su vida para siempre, Atrio.

Se apunta a un curso que impartía el que era en sus inicios el jefe de esta cocina, Juan Gonzalez, que al ver sus facultades le anima a continuar aprendiendo, no tardando en comenzar su andadura en el V Centenario, en los Golfines..., hasta alcanzar los mas importantes de la región, primero Aldebaran, una vez mas aparece la casa del gran Fernando Barcenas, y finalmente junto a Toño Perez en Atrio.

Años después y habiendo sido parte fundamental en su estrellato, a Jose y Toño les ofrecen un nuevo proyecto en Merida y viendo que no estaban por la labor de atender otro frente, Ramon se ofrece a ser socio y dirigirlo, y en el verano del 2001 nace Altair, consiguiendo solo tres años mas tarde su primera estrella Michelin. Tengo fantásticos recuerdos de mi comida en ese precioso restaurante mirando al Guadiana, quizá fue una de mis primeros contactos con la alta cocina de verdad, con platos atrevidos, sorprendentes, toda una nueva experiencia en un entorno mágico.

No es fácil entender como un restaurante de esta categoría acaba sucumbiendo a la crisis, y no creo que esta haya sido la única causa de su cierre definitivo, esa plaza tiene muchas peculiaridades, pero lo único claro es que Merida y Extremadura acaban perdiendo una referencia gastronómica de primer nivel.

El caso es que todo este declive coincide con la apertura del nuevo templo de Atrio en la parte antigua cacereña, y Toño vuelve a contar con Ramon para dirigir su cocina, no se si sabiendo o no, que en menos de un año tomaría los mandos en solitario de este proyecto.

Se encuentra en la Plaza de Ansano en pleno centro histórico de Plasencia, como ven en la foto, tras una peculiar escultura ganadora de un concurso internacional, en un edificio del siglo XVI de estilo renacentista que después de algún retraso en su rehabilitación abre sus puertas unos días antes de esta visita, como se observa en la foto estaban rematando algunas cosas como su propio nombre en la fachada. El hotel cuenta con 28 habitaciones singulares, todas distintas y equipadas con la ultima tecnología. Le han dado especial importancia a los baños que en muchos casos cuentan con bañeras que son casi piscinas, ademas de la exterior o la interior climatizada. Tiene también zona de spa o un bar mirador en lo alto del edificio que debe ser una delicia en las noches de verano.

Nada mas entrar se nota que no estas en un Hotel cualquiera, un amplísimo hall de techos altos y suelos de piedra con poco mas que una preciosa y alargada mesa de madera que hace las veces de mostrador y frente a la cual unos preciosos y grandes bidones de metal marcan el acceso al restaurante.

La sala es rectangular, amplia, minimalista, limpia, con mucho espacio entre sus ocho mesas, un precioso suelo de madera, antiguos radiadores de hierro en sus paredes. En un fondo una ventana dando a la plaza y en el otro, como se ve en la foto, el precioso patio central del edificio que cuenta con mesas y sillas, y hasta un elegante piano, un espacio encantador para rematar las sobremesas.

La carta esta cerrada y como siempre la cocina de Ramon esta centrada en producto de temporada. Contiene 5 platos y postre, que ira variando o combinando con una mas larga según vea la evolución de su negocio. Comenzamos con una estupenda y ligera sopa de puerros con pequeños dados de manzana y un rico crujiente de jamón, seguimos con un impecable lomo de sardina, tierno, limpio y lleno de sabor sobre una sombrilla de ligero pan tostado y acompañada de un ahumado de verduras, un plato espectacular. Muy buenas también y en su punto de textura las vieras acompañadas de pequeñas alcachofas tostadas. Delicioso, tierno y sorprendente presentación la del cordero asado al tomillo, en un perfecto rectángulo sobre tiernas patatas. Antes del postre una pequeñísima prueba de tres quesos extremeños, no podía faltar la torta del Casar y los otros dos, uno en torta y otro curado, eran cabras de Rufino de Oliva de la Frontera, quesería que también aparece en la tabla de Atrio, y que como les comente en su post son sublimes. Bueno el par de bollitos de pan, uno de ellos de cebolla.

Para rematar no creo que haya tomado nunca un tocino de cielo tan exquisito, acompañado de una liguera salsa de coco y una pequeña hoja de fresquisima menta. Para los cafés nos trajeron un precioso freson cubierto en su mitad con chocolate acompañados de unas pequeñas tejas almendradas.

Para mi desgracia no tomamos vino, pero si pedí la carta para conocerla y siendo mas bien corta tenia referencias interesantes y no habituales.

El servicio muy joven, todo femenino y elegantemente uniformado, muy amable desde que entramos por la puerta. En la sala buen ritmo y con pequeños detalles de inexperiencia por llevar solo unos días en marcha pero que con algo mas de rodaje estará sobradamente preparado.

Conocimiento, técnica y producto, no creo que se pueda comer mejor por 32 euros, mas cantidad posiblemente pero no a este precio, ni mejor atendido, ni en un entorno mas agradable, ni en una ciudad que si ya tenia encantos suficientes, con este Palacio y su restaurante la convierten en un placer que no pueden perderse.

Plaza de Ansano 

10600 Plasencia

927 426 326