Cafetería Avenida (Arroyo de la luz/Cáceres)

Berzas con Buche fuera de palacio

Este año tampoco podía faltar a la cita de las berzas con buche en Arroyo de la luz. Se ha convertido en un acontecimiento indispensable en el que disfruto de un plato auténticamente nuestro y de una compañía entrañable. Sigo sin entender como no tiene mucha mas repercusión en Extremadura y fuera de ella, ya que por mucho menos cualquier otra población de este país organiza entorno a su plato tradicional un evento que llena durante varios días las plazas y restaurantes de su pueblo.

Esta vez ese estupendo Palacio al que dedique un post el año pasado y donde tanto disfruté y aprendí estaba cerrado ese día, y al estar cerca la entrada de la cuaresma que es cuando normalmente dejan de prepararlo, me llevaron a otro de los clásicos del pueblo donde también las preparan previo encargo, Cafetería Avenida.

Veinticuatro años cumple este negocio y ahí continua el mismo personaje que lo inauguro, Miguel Labrador también conocido como "El Burra" y es que en esta población hay pocos que se libren de un buen mote.

El local tiene esa "reforma" habitual de las cafetería de pueblo, que para mi gusto acaban perdiendo la esencia de lo que fueron. De forma rectangular, algo frío, mesas y sillas a la izquierda nada mas entrar y a continuación una buena barra hasta el fondo. Justo enfrente hay un pequeño hueco donde encaja una mesa para seis u ocho comensales que hace las veces de comedor. 

Comenzamos en la barra con unas cervezas y una tapa de morcilla de cordero de antología, con una finísima tripa y un punto de reciente cocción que le daba un toque delicioso, me gusto tanto que pedí referencias y a vuelta con los motes me comentaron que las hacían los "pata ancha" toda una institución en la elaboración de la morcilla arroyana pero que solo preparan a restaurantes de la zona y por encargo. Sabiendo lo que me esperaba por delante, me costo horrores no zamparme todo el plato.

Ya en la mesa la liturgia manda comenzar con las berzas. En este caso ya servidas en una vajilla quizá demasiado moderna para una comida tan tradicional. Estaban estupendas y como debe ser llenas de sabor del guiso del buche, tiernas pero no perfectas a causa según me dijeron los expertos de haber estado congeladas, algo por lo visto bastante habitual conforme pasan las fechas y se acerca el Carnaval. Como ven en la foto por supuesto ya estaban en la mesa unos cuencos con la "escabechera" fría y sus correspondientes buñuelos, mas de viento que de bacalao, que en algunos momentos del atracón viene muy bien para rebajar y abrir hueco para continuar con la tarea.

Comienza la parte dietética con una bandeja con chorizo, bofe, y un tocino delicioso por donde también pasaron las berzas para tomar su sabor. 

Seguimos con otra bandeja que para mi fue la estrella del homenaje, junto con esa morcilla claro, el codillo, mas conocido en esta zona como "pipierno", estaba tremendo, limpio, tierno, sabrosisimo, para que hubiera sido de plato único, pero no, el asunto continua, unas cucharaditas de escabechera, abrimos un punto mas de cinturón y se presenta el coprotagonista de la fiesta, el buche. 

No estuvo a la altura, como se observa en la foto, muy pasado de pimentón y demasiado dura la carne, que era casi toda costilla y espinazo, echando de menos esa lengua, oreja, callos..., aunque según voy aprendiendo cada buche es un mundo y según la zona o quien lo rellene tendrá mas o menos ingredientes y en este caso eche de menos los comentados

Un poquito de queso fresco con membrillo antes rematar con las clásicas natillas caseras con su galleta María en todo lo alto que entro ya vertical en el ultimo hueco que quedaba libre en mi sufrido estomago. 

Y tal como cerré el pasado Marzo en mi primer post dedicado a este rotundo homenaje que seguiré reivindicando año tras año, una delicia de tradición, de plato y de gente, mucho mejor que ese botillo de cerdo blanco del que tanto presumen algunos famosos del Bierzo. 

Larga vida a nuestro buche, a sus inseparables berzas, y a todos los que trabajan por mantener viva esta tradición.