Camino de Oporto (Iª Parte)


Etiquetaremos como escapadas estas nuevas entradas del Blog, y como no podía ser de otra forma para un pacense, comenzamos por mi ultima incursión en nuestra querida Portugal, camino de Oporto.

La primera parada es obligada por dos cosas, comerse un leitao asado en alguno de los numerosos restaurantes especializados de Mealhada, y rebajarlo dando un paseo por el espectacular bosque de Buçaco.
Elegimos uno de los clásicos, Pedro dos Leitoes, un autentico comedero, muy bien montado, pero comedero, con una estupenda carta de vinos donde destacan los "espumantes" que es lo que mandaba en las mesas vecinas, y como donde fueres haz lo que vieres, pedimos un Terras do Demo que resultó absolutamente infumable, los compañeros de viaje no disfrutaron del vino pero si del cachondeo que me montaron el resto de la excursión (riesgos que asume todo "fudi" de provincias), buen queso fresco con estupendo pan, solo correctas las empanadillas de leitao, y un riquísimo cochinillo bien trinchado de tierna carne y una piel bien tostada curiosamente mas ligera que la que acostumbramos por aquí, buena ensalada y patatas fritas de acompañamiento, postres correctos, algo lento el servicio, y menos mal que llegamos temprano porque la cola me recordó a la de nuestro Cristo de Elvas.


Me avergüenza no haber conocido hasta hoy el Bosque de Buçaco y su maravilloso palacio, cuatrocientas hectáreas repletas de hermosos senderos, cercada por los monjes Carmelitas en el siglo XVII y repleta de imponentes arboles y flora traída de todo el mundo. Rematado por un palacio construido en 1888 por los últimos reyes de Portugal hoy convertido en un Hotel de ensueño, forman uno de los conjuntos paisajisticos mas hermosos que he conocido. Volveré. http://www.bussacopalace.com

Y no voy a darles la chapa con Oporto, me ha parecido la ciudad mas imponente y con mas esencia de Portugal, bien recomendado como siempre por el amigo @ladespensadejac, bajamos a la preciosa Ribeira a comer en Chez Lapin, preciosa y autentica casa de comidas con mucho encanto pero algo apretado para ir con enanos, menos mal tiene un buen velador y pese al tiempo revuelto comimos en una mesa bajo los preciosos arcos que forman sus históricos soportales.


Comenzamos con dos versiones de buen bacalao, a la brasa y con nata. Continuamos con otra especialidad de la casa, el pulpo, si nos llevamos una sorpresa con el delicioso y tierno rebozado, el ao forno resulto espectacular de textura y sabor. Bien la lubina y deliciosas como siempre las patatas de acompañamiento, correctos postres y carta de vinos algo triste, solo tenia una marca de Oporto, Porto Cruz, pero era la bodega que pagaba con su publicidad el montaje del velador y claro..., buen blanco y pobre el Twany, error por su parte dejarnos las botellas en mesa... que tuvieron el detalle de no cobrar mas que un par de copas. Buen precio y estupendo servicio.


El Café Majestic no es solo una cafetería, es pura esencia de la Belle Epoque portuense, todo elegancia, buen gusto y exquisita atención. Después de años difíciles e incluso de cierre, ha recuperado ese cetro de la vida social y cultural de la ciudad que fue en los años veinte del siglo pasado. Ademas de cafe, tiene en su carta buenos almuerzos y sobre todo deliciosa carta de tartas y pasteles maridados con buena selección de Oportos.


Camino de vuelta, sensaciones de que en dos días no he visto casi nada de esta gran ciudad, no tardare en volver a visitarla, pero a ser posible sin crianças.

1 comentario:

  1. Oporto impresiona aunque hay zonas que... Y no te digo nada en los 80. Metía miedo.

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