Mesón Jose Luis (Cáceres)


   Todos conocemos mas o menos los restaurantes de cada ciudad donde comer bien, lo que se nos escapa a los forasteros son esos bares de barrio donde se trabaja un material de igual o mejor categoría que en esos afamados lugares, y que a diferencia de estos lo hacen sin disfrazarlo.


Este Mesón Jose Luis del barrio cacereño del Espíritu Santo es buena prueba de ello, aunque su renombre ya le ha llevado a ser el bar que mas carne de retinto despacha en toda Extremadura. No es para menos, este solomillo resulto formidable y en su punto de plancha (arte santo y seña de esta casa) bien acompañado de patatas, pimientos y champis. Correctos boquerones fritos, buenos saquitos de verdura y langostinos y tremendos morros plancha de no parar.



Muchas cosas por probar, las patatas revueltas, esa morcilla de Guadalupe, cualquier corte de ibérico, el mejor retinto, pero no se olviden de sus chipirones, sepia o esos afamados mejillones dos salsas que por desgracia en esta ocasión no tenían.
Pequeño y bullicioso local, lleno hasta la bandera un día de diario, tres o cuatro mesas frente a una barra presidida por su alma mater Jose Luis a los mandos de su plancha, ahora en verano monta un importante velador por las noches que igualmente se pone hasta la bandera. Familiar servicio, si no vas con un lugareño puede llegar a sentirte como un elefante en una cacharreria, pero si tienes la suerte de que te lleve un mangurrino de pro, como fue mi caso, no tardas en disfrutar de un informal y divertido ambiente, del que solo en los bares de barrio se puede respirar.

Pero tengan cuidado cosmopolitas, como dicen estos dos "gastroinfluencer" en twitter, no se fíen de todos los bares de barrio…

Mucha maravilla en Cordoba

   

    Si me da vergüenza decir que no conocía Cordoba, después de conocerla, me avergüenza todavía más. Maravilla de ciudad, y si a eso le añadimos que se come de lujo..., no tardare mucho en volver.

Como es lógico estaba entre los planes acudir a la revolucionaria apertura de Paco Morales, pero decidimos conocer primero algunas referencias clásicas de la plaza y posponer la novelería para mas adelante.


Con tan deliciosa noche la primera parada tenia que ser en algún restaurante con patio, y Los Berengueles no solo tiene uno precioso si no que ademas se come estupendamente. Su salmorejo es todo un espectáculo, por ponerle una pega, los taquitos eran de un jamón demasiado fresco, como recién sacado del paquete.



Buen salpicón de escasas gambas, agradable sorpresa el salteado de setas, frescos los chipironcitos plancha y estupendo rape. Se bebe de lujo un fino de Montilla de Bodegas San Rafael, Filigrana, también de Montilla pero bastante mas flojo resulto un Viña Amalia de Perez Barquero. Encantador ambiente y simpático servicio.


La segunda parada fue en otro clásico, El Churrasco, ambientazo en su barra presidida por un mostrador de carne de categoría frente a su preciosa cocina de brasas y otro sorprendente y que no esperaba de pescado, ambos anticipaban que estábamos en un garito donde el protagonista iba ser un buen producto. Sorprende el numero de salas repartidas en las distintas plantas del restaurante, acabamos en la ultima, en el precioso patio del limonero, fantásticamente atendida por Angel, que ademas resulto ser presidente de la asociación de sumilleres de cordoba.


Como no podía ser de otra forma volví a darle a un fantástico salmorejo aunque no tan impecable como el del día anterior, y en este caso con un jamón excesivamente triturado, acompañado de un correcto fino de la casa. Deliciosas las alcachofas guisadas en aceite acompañadas con jamón. El asunto iba de carne y nos decidimos por la ternera disfrutando de un estupendo entrecot de retinto y un sabroso lomo de Angus. Dejándonos llevar por Angel y haciendo patria, nos sorprendió con un agradable Syrah llamado Primogénito elaborado por Bodega El Pujio de Puente Genil. Riquísimo el tocinillo de cielo y la leche frita "pa rebajá ". Buena carta de vinos y excelente servicio.


Cerrado Pic Nic, nos decidimos por El Envero, también en el parte nueva de la ciudad en el Barrio del Brillante. De ambiente mas actual y con buena terraza, nos encontramos en mesa con una pizarra con las recomendaciones del día, de donde escogimos unas fresquisimas quisquillas de Motril.


Sensaciones de que una vez más la cosa iba solo de producto hasta encontrarnos con un salmorejo de naranja con caviar de herizo y huevas de trucha absolutamente espectacular de presencia, textura y delicadisimo sabor. No quedo atrás un arroz seco de calamarcitos y carabinero como recuerdo pocos. Buen Fino de la casa y muy profesional el joven y amable servicio. Toda una sorpresa este Envero… .

… Y toda una sorpresa gastronómica la de Cordoba, un pastel al que Noor parece haber puesto la guinda junto a una larga lista de buenas referencias que dejamos en asuntos pendientes...Choco, Casa Campos, Pic nic, La cuchara de San Lorenzo…, sin olvidar que tienen una joya que marida con todo esto, Montilla-Moriles.

De excursión por Cascaes


Tenia pendiente contarles mi excursión por Cascaes, encantadora Villa muy visitada por extremeños, que antes de que realeza portuguesa lo pusiera de moda como lugar de vacaciones, no era mas que un pequeño pueblo de pescadores. Esa pesca sigue siendo en su mayoría el principal reclamo de su oferta gastronómica, aunque no es precisamente en su encantador casco histórico, donde encontrar las mejores propuestas.

Tiene muchos adeptos entre la colonia española este Mar do Inferno, junto a la famosa boca de igual nombre, pero sinceramente a mi nunca me ha resultado nada excepcional y esas "mariscadas" especialidad de la casa, menos. En mi ultima visita correctas ameijoas bien de cilantro, los caldosos arroces portugueses no me entusiasman especialmente, pero el tamboril de rape y gambas estaba sabroso y con buenas piezas del pescado. Me extrañó la pobre oferta de pescado fresco únicamente un buen lenguado presentado en mesa, que se pasaron de grelhado y tuve que tirar de un buen Cartuxa branco para pasarlo entero. No es barato, correcto servicio (allí sigue estando la señora contando billetes) muy bullicioso sobre todo fines de semana.

Una recomendación nos mando unos kilómetros al norte, y aprovechamos para conocer el precioso Parque Natural de Sintra-Cascais y su Convento de los Capuchos. Tiene miga llegar hasta la preciosa playa de Adraga, pero lo merece. Encuentras el restaurante en el mismo aparcamiento frente a la playa, por fuera tampoco parece gran cosa, pero una vez entras y vez su mostrador de pescado, de postres, y una sorprendente selección de vinos, la cosa cambia.


Habituales entrantes portugueses en mesa, donde destacaba un estupendo queso Alentejano de Serpa. Buenos y frescos percebes. De su amplia oferta de pescado fresco grelhado nos decidimos por una Garoupa local mas de 2 kilos que resulto espectacular de punto y sabor, bien acompañado, como solo saben hacer los portugueses, de ricas judías verdes y patatas.


Sorprenden los postres, ganada fama tiene su merengue de morango, pero no bajan el nivel su tarta de chocolate ni su sericaia.
No se espera una carta de vinos de tal nivel en una restaurante de playa, y uno que es muy "enreda" se atrevió con un Riesling de Mafra que me recomendaron, pasadísimo de acidez.

En Cascais también gustan los pollos, el mas famoso es el Jardim dos Frangos, pero unos amigos de la zona nos mandaron a otro con el curioso nombre de Somos um Regalo "Franguinhos a modo da Guia".


A estos comederos hay que ir a disfrutar de su pollo y olvidarse del resto, algunos foodies dicen que van por los niños y acaban trincando pollo a dos manos, en este caso estaba tremendo, aunque su piri-piri mas cañero de la cuenta. Entrantes habituales y buen tomate aliñado, mas seis bebidas 35,40 leuros cuatro personas...y es que con dos crianzas que comen mas que su madre...por ese precio son muy de agradecer los franguinhos.


El postre fuimos a disfrutarlo a posiblemente la heladería mas famosa de Portugal (muy visitada antaño por nuestra familia real), Santini, y este si que tiene merecida fama, un autentico placer, enganchado de por vida al de mango.

Antes de comenzar el viaje de vuelta, una parada obligada en la pastelería Garrett de Estoril a disfrutar de sus bolos y del delicioso ambiente de su cafetería.


Ya de vuelta bajamos a pasar el día a la playa de Parede para comer en el recomendadisimo Eduardo Das Coquilhas, y esto si que era un comedero, casi a mesas corridas, que se soportan si encuentras un excelente producto, pero no fue el caso.


Correcta la gamba blanca y las almejas (manda…que no tenían conquinhas), teníamos que haber devuelto unos mejillones impresentables. La sapateira resulto de igual categoría, insípida y pasada de cocción. Precio correcto y horroroso servicio.
Ya en el coche los enanos comentando "papi no se parecían nada a las de El Cristo..." Pues eso, para comederos de sapateiras…nuestro Cristo.